Es algo digno de celebrar. Cada día son más los programa homenajes, reportajes, artículos e incluso webs que hablan de las motos URAL. La fría máquina rusa, desconocida para una gran mayoría de amantes de las motos está poco a poco acercándose cada día más al mundo occidental en el mundo del capricho.
Lejos han quedado los usos de rescate social que las máquinas URAL realizaron motorizando la fría y lejana Siberia e incluso buena parte del orbe soviético del este durante toda la existencia del telón de acero donde la adquisición de un coche era algo impensable para buena parte de las familias.
Hoy las motocicletas URAL se han convertido en un articulo de lujo, casi una excentricidad de amantes del motociclísmo, que pudiendo acudir a las mil excitantes ofertas que los imperios comerciales del motor ofrecen prefieren este mantener en sus garajes este pequeño tributo, este pequeño pedazo de historia con ruedas.
Los primeros intentos de comercializar las motocicletas URAL en el mundo occidental comenzaron años antes de la caída del telón de acero. Emigrantes y conocedores de la Alemanía Oriental se empeñaron en comenzar a traer este tesoro del frío que se empezó a comercializar con distintos nombres en cada uno de los países occidentales. Inglaterra, Francia e incluso Estados Unidos fueron los afortunados mercados donde con distintos nombres (Cossack Motorcycles en los paises anglosajones) las máquinas Ural se distanciaban de sus fríos orígenes.
Pero no quiero aburriros hoy con historias que fácilmente podéis seguir en Territorio Ural, sino hablaros de un documental que trae a primera plana el mundo Ural.
Escenas del programa llevan ya unos años circulando por la red, pero no ha sido hasta hace poco que apareció una copia completa del documental que hoy os traemos a colación.
Aunque de producción francesa el documental fue emitido por la televisión de la República Checa Z1. Desde un taller "Ural" francés, poco a poco se van desgranando toda la historia, tradición e incluso actualidad de la última moto de carga fabricada en la actualidad.
La importancia del programa reside en el conjunto de imágenes que recoge, no sólo de la historia Ural, algunas más o menos vistas, sino la de la auténtica y sorprendente realidad de la ciudad de Irbit donde estas máquinas rusas son fabricadas.
Así nos adentramos dentro de la enorme factoría IZM, explorando los vacíos y abandonados módulos de la fábrica donde aún resuenan el estruendo de la actividad, de la gran linea de producción que la fábrica tuvo detrás del telón de acero y que choca con el tranquilo devenir que tiene hoy la linea de producción actual, dónde sorprendentemente casi toda la moto se hace a mano.
La ciudad de Irbit choca también por el deterioro y precario estado de sus infraestructuras.
Infraestructuras que parecen creadas aún para las motocicletas Ural por la dureza del terreno, infraestructura y clima.
No deja de aparecer una visita al museo de la motocicleta de Irbit, dónde nos aguardan más secretos de las motos Ural.
Sin duda, 51 minutos de puro disfrute para todo aficionado a las motos Ural, y a las motos en general. Aunque no se entienda nada.
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